La cultura popular ha convertido el inicio del año en algo más que una fiesta. Cada vez son más quienes lo interpretan como un portal simbólico para empezar de cero, ordenar prioridades y marcar un rumbo diferente para los siguientes doce meses.
Psicólogos y especialistas en bienestar coinciden en que estos gestos tienen menos que ver con la “magia” y más con la capacidad de enfocar la mente y las emociones. Al tomarse unos minutos para pensar qué se quiere atraer —salud, dinero, amor, estabilidad—, la persona se coloca en actitud activa frente al nuevo año.
Clásicos de medianoche: uvas, lentejas y dinero en los zapatos:
La tradición de las 12 uvas de la suerte es quizá la más emblemática. Nacida en España a comienzos del siglo XX, se ha extendido por Europa y América Latina hasta convertirse en un clásico. La práctica consiste en tomar doce uvas, una por cada campanada de medianoche, asociando cada una a un deseo o propósito para los doce meses siguientes.
Las lentejas de la abundancia se han consolidado también como un ritual importante. Inspiradas en tradiciones europeas antiguas —donde su forma se asociaba a las monedas—, se preparan el 31 de diciembre y se comen justo antes de medianoche o como primer plato del 1 de enero.
Además del dinero o el amor, muchas personas centran sus rituales de Año Nuevo en viajar más, cambiar de casa o impulsar proyectos que han estado parados. Para ello, se han popularizado diversas prácticas curiosas pero muy extendidas.
Entre las más conocidas está la de salir con una maleta vacía a medianoche. Justo después del brindis, se da una vuelta a la manzana, al edificio o al menos al rellano con la maleta en mano. Este gesto se interpreta como una señal simbólica al universo para atraer viajes.
y tú cuál prefieres?


