María Osorio | publicidadentremes@gmail.com
La construcción del túnel de la Línea 3 del Metro hacia Panamá Oeste, representa uno de los desafíos de ingeniería más ambiciosos en la historia del país, ya que también conlleva riesgos extremos para los trabajadores que laboran a más de 50 metros bajo tierra.
Frente a este escenario, el proyecto ha intensificado sus esfuerzos en prevención de emergencias, reforzando la coordinación con el Benemérito Cuerpo de Bomberos y el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), para proteger la vida del personal que enfrenta peligros como derrumbes, fugas de gases tóxicos, inundaciones o fallas en los sistemas de ventilación.
Uno de los avances más importantes en este sentido es la incorporación de las Cámaras de Rescate, cápsulas herméticas instaladas dentro de la tuneladora “Panamá”, diseñadas para salvaguardar al equipo humano en situaciones críticas.
Características de la “Cámara de Rescate”:
- Capacidad para alojar hasta 25 personas
- Autonomía de oxígeno por 72 horas
- Sellado hermético ante gases como metano, monóxido de carbono (CO) e hidrógeno sulfurado (H₂S)
- Resistencia a presiones externas de hasta 30 t/m²
- Alta tolerancia ante colapsos, impactos e inundaciones.
“Trabajar en un túnel no es como estar en una obra común». “Cada capacitación representa una inversión directa en la vida de quienes trabajan bajo tierra. La preparación no es opcional, sino un deber compartido entre todas las instituciones involucradas”, advirtió el Ing. Arquímedes Sossa, Gerente de Seguridad y Salud Ocupacional del proyecto.