Eva Pérez | publicidadentremes@gmail.com
A pesar de su crecimiento urbano y comercial, La Chorrera enfrenta una deuda histórica con la seguridad peatonal: la falta de veredas en la mayoría de sus calles.
Ante el aumento del tráfico vehicular, esta ausencia convierte actividades cotidianas como ir al trabajo, llevar a los niños a la escuela o hacer compras en un verdadero desafío para miles de chorreranos.
Por ejemplo en sectores como: El Coco, Guadalupe, Barrio Colón y Playa Leona, es común ver a personas caminar por la calzada junto a los autos, esquivando charcos, huecos y vehículos a alta velocidad. Las quejas de los peatones se repiten: inseguridad, falta de planificación y abandono de las autoridades.
“Aquí uno camina pegado al borde de la calle. No hay por dónde pasar, y los carros no respetan. Es un milagro que no haya más accidentes”, comentó Margarita, residente del corregimiento de Guadalupe.
Un área en crecimiento, pero sin planificación vial:
La Chorrera ha experimentado un crecimiento poblacional acelerado en los últimos 15 años. Urbanizaciones, plazas comerciales, escuelas y clínicas se han multiplicado. Sin embargo, esta expansión no ha ido acompañada de una mejora en la infraestructura peatonal.
Según dirigentes comunitarios, la mayoría de los nuevos desarrollos no contemplan veredas adecuadas, y los espacios públicos carecen de accesibilidad para personas con discapacidad o adultos mayores.
¿Peatones invisibles para el sistema?
La falta de veredas también impacta la seguridad vial. Durante los últimos años, varios atropellos han sido reportados en zonas urbanas y rurales del distrito. Muchos ocurren por la ausencia de pasos peatonales, señalización o espacios seguros para caminar.
“Es como si La Chorrera estuviera diseñada sólo para carros. El peatón no cuenta para nadie”, expresó Joel, un joven universitario que camina a diario.