La provincia de Panamá Oeste enfrenta un panorama laboral cada vez más difícil.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), hasta octubre de 2024 se registraron 296,636 trabajadores en la región, con una tasa de formalidad del 65%. Sin embargo, esta cifra representa una reducción de 20,287 empleos en comparación con agosto de 2023, una caída directamente vinculada al cierre de Minera Panamá y la pérdida del grado de inversión del país por parte de la calificadora Fitch Ratings en marzo pasado.
Según el economista René Quevedo lo más alarmante es que el 45% de los trabajadores que perdieron sus empleos tienen menos de 30 años, lo que refleja el fuerte impacto que esta crisis económica está teniendo en la juventud de la provincia.
Los sectores más afectados por la contracción del empleo han sido los servicios de salud (con el 35% de la pérdida total), seguido por la construcción (26%) y la industria (20%). Esta situación evidencia cómo el cierre de la mina ha repercutido más allá del sector extractivo, golpeando áreas clave para el desarrollo local.
Las recientes huelgas han frenado gran parte de este repunte, afectando particularmente a mujeres y jóvenes, quienes ocupan gran parte de estos empleos.
De hecho, se estima que el 29% de los trabajadores menores de edad laboral en la provincia están empleados en atención al cliente (32% de los hombres y 27% de las mujeres). La inestabilidad social y los bloqueos dificultan su desplazamiento, profundizando la crisis del empleo juvenil.
En este contexto, Quevedo coincide en que es urgente recuperar la confianza de los inversionistas en Panamá Oeste y recuperar esos proveedores que estarían vinculados a una de las actividades más grande en el país como es la minería.
Para ello, se requiere una estrategia que promueva oportunidades sostenibles para una población joven que hoy clama por empleo más cerca.